En esta postrimería
te doy estos versos
ante tu inefable presencia.
Esta noche frente a ti,
aurora al alba
acompañada del chasquido
en sigilo torrencial del agua.
¡Hoy tú, pequeña Venus!
Serás el empezar
de un imperio silencioso
ardido de crepusculares
adagios hacia ti.
Ahora crecerás, ¡Tú linda flor!,
con florales rosas,
y jarrones jaspeados
por esta fuerza de corona.
Por esta noche
pernoctaré por ensueños
ante tu guirnalda soñada
¡Oh flor del edén extraviado!
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