Lamentos y sueños


Ya nada es coherente,

ya nada tiene razón de ser.

Todo ha trocado a ser

un exiguo camino

fundamentalmente en un somero destino.


He vuelto mi cabeza

un patíbulo rincón

donde tengo lugar

de reposar y cavilar.


Podría tergiversar mi existencia

en lo que ellos llamarían una enfermedad mental.

Siendo yo el propio juego

en una capa trivial de algo de verdad.

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